Millones mueren de hambre en Somalia
y también el pueblo yemení,
la guerra arrasa Siria,
la represión hunde Haití.
La ignorancia vence a Europa
y nos quedamos así,
bostezando sin fin,
mientras un trozo de tela se restriega por el país.
Una bandera raída y descosida,
agria y revenida.
Dicen que somos mejores
por nacer donde nacimos,
y yo no recuerdo el momento
en que firmé el papel divino
en el que accedí a nacer
en este punto bendito.