En el momento en que termine la guerra, no importa cuál sea la situación en Gaza, incluso si la mitad de Gaza desaparece, habrá gente allí celebrando su victoria.
Ramzy Baroud es un periodista palestino-estadounidense. Entre otras cosas, es doctor en Estudios Palestinos por la Universidad de Exeter, consultor de medios, escritor, columnista, editor de Palestine Chronicle (1999-presente), ex editor en jefe del Middle East Eye con sede en Londres, ex editor en jefe de The Brunei Times y ex editor jefe adjunto de Al Jazeera online.
Es autor de seis libros, incluido My father was a freedom fighter, donde cuenta la historia de su padre como combatiente en la resistencia palestina. El más reciente se publicó en 2022, del cual es coeditor junto al historiador israelí Ilan Pappé: Our Vision for Liberation: Engaged Palestinian Leaders & Intellectuals Speak Out.
En esta entrevista, realizada el pasado 28 de mayo, el mismo día en que el gobierno español reconocía el Estado de Palestina, hablamos con Baroud sobre la situación actual, el futuro y el papel que desempeñan los medios de comunicación y la juventud en medio del genocidio.
Tenemos que empezar con la reciente y terrible masacre en Rafah. Israel hizo exactamente lo contrario a lo que le ordenó la Corte Internacional de Justicia (CIJ). ¿Por qué?
Era un mensaje para la Corte Internacional de Justicia. Ahora mismo, todos están tratando de conseguir influencia para recriminar a Israel, para que deje de matar y masacrar a personas inocentes. Sin embargo, no hay que olvidar el contexto de la CIJ. A lo largo de los años ha tomado decisiones extraordinarias en su relación con Israel. Tras la denuncia de Sudáfrica, era la primera vez que la CIJ abría una investigación sobre los crímenes de guerra israelíes, sugiriendo que, efectivamente, tal vez Israel esté cometiendo un genocidio en Gaza. Sin embargo, la CIJ no ordenó a Israel que detuviera sus matanzas, al menos hasta el final de la investigación. Esto dio espacio a Israel y permitió que una vez más se confiara en él para investigar su propio genocidio. Imaginen lo absurdo de este asunto: la CIJ, conociendo muy bien el increíblemente elevado número de muertos en Gaza, la hambruna y la forma en que avanza, diciendo que hay muchas pruebas que sugieren que se está cometiendo un genocidio y, sin embargo, en realidad van al propio Israel y le dicen: “Israel, ¿podrías por favor investigarlo? Y cambiar de rumbo, si es necesario”. Sí, hubo mucha celebración cuando se abrió la investigación en primer lugar. Pero, en lo que respecta al pueblo de Gaza, no supuso ninguna diferencia en su vida cotidiana.
Sin embargo, esta última decisión de la CIJ ha sido diferente. No han dicho que detengan la guerra en todas partes de Gaza, pero, al menos, como punto de partida, han utilizado un lenguaje diferente, ordenando a Israel que se detuviera. Netanyahu tenía dos opciones: detenerse o encontrar una manera de maniobrar políticamente alrededor de la decisión diciendo que en realidad no estaban operando dentro de Rafah, sino en las instalaciones de Rafah. Pero lo que realmente hizo fue la cobardía más extraña y arrogante que podamos imaginar: matar a 45 personas inocentes, incluidos cinco niños que fueron decapitados por los misiles israelíes. Así que este es un desafío muy directo a la CIJ, que Washington y algunos otros aliados aplauden, apoyan o ignoran constantemente.
El otro mensaje fue para el público israelí. Primero, tenemos que entender algo sobre la psicología de Israel. En Israel, cuando la comunidad internacional critica a sus líderes, estos lo utilizan como argumento para decir que son los protectores de Israel. De hecho, los protectores de todo el pueblo judío en todas partes. Así que ese también fue un mensaje para su pueblo. Que están desafiando a la comunidad internacional, la CPI, la CIJ, el Consejo de Seguridad, la Asamblea General, a todos.
Por último, hay que tener en cuenta un elemento de las negociaciones de tregua que se reiniciaron primero en París y luego en Doha (Catar). La delegación israelí había estado sugiriendo que quizá se abrieran a una discusión vinculante sobre un acuerdo de tregua para un alto el fuego permanente. Así que necesitaban sabotear eso antes de que realmente sucediera. ¿Cómo se hace? Se mata a un gran número de civiles y así se presiona a Hamás y a otros para que digan que no pueden hablar con Israel cuando están masacrando a civiles con esta impunidad. Quieren sabotear las conversaciones y culpar también a los palestinos. El propio Netanyahu lo ha calificado de “terrible error”. Si fue un error, ¿por qué regresó 36 horas después y mató a un gran número de palestinos en esa misma zona? ¿Fue realmente un error? Por supuesto que no, fue deliberado. Y ha sido parte de la estrategia israelí desde el principio, utilizando a civiles para tomar represalias contra la resistencia por no conseguir ninguna victoria militar o estratégica sobre el terreno.
Hablando de justicia, ¿cómo ve la posible orden de arresto contra Netanyahu y Galant por la Corte Penal Internacional (CPI)?
Hay algo que debemos recordar acerca de estas instituciones internacionales, y es que son instituciones políticas. Los expertos jurídicos intentan constantemente recordarnos que no hay diferencia entre un palestino, un israelí, un africano o un ucraniano, pero en realidad sí la hay. Por ejemplo, de las 54 órdenes de arresto emitidas contra criminales de guerra o presuntos criminales de guerra desde el inicio de la CPI en 2002, más de 40 de ellas eran africanas, la mayoría de ellos eran del Sur Global. Eso no tiene ningún sentido si lo pensamos. Veamos los crímenes que se cometieron en Irak. Millones de personas murieron en Oriente Medio como resultado de la llamada “guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos. Miremos lo que pasó en Afganistán, cuántos países de Europa estuvieron directamente involucrados en todos estos crímenes de guerra que hemos visto y presenciado, pero ninguno de ellos tuvo que rendir cuentas. Por tanto, es una institución puramente política y una institución política occidental.
Por otro lado, durante años los palestinos han estado persiguiendo a la CPI, exigiendo que abriera una investigación por presuntos crímenes de guerra israelíes como potencia ocupante y régimen de apartheid que lleva años y años perpetrando masacres en toda Cisjordania y Gaza. Y la CPI ha estado perdiendo el tiempo, se ha convertido en la organización más burocrática del mundo. Podemos pensar que la burocracia es burocracia, pero recordemos lo que ocurrió contra Rusia. En muy poco tiempo logró emitir órdenes de arresto contra el presidente ruso y otros funcionarios debido a presuntos crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Comparemos esto con lo que está pasando en Palestina. Como decía, los palestinos llevan más de diez años persiguiendo al tribunal. Y cada vez se retrasó la solicitud por diferentes razones: por no ser miembro de pleno derecho, porque había países que no reconocían ese estatus, etc. Llevan retrasando el caso palestino durante más de una década. Y ahora, sumado a todo esto, se está cometiendo un genocidio absoluto. Incluso lo admite la CIJ, lo que coloca a la CPI en una situación imposible.
De hecho, debemos fijarnos en las palabras del fiscal, Karim Khan, que ha estado retrasando intencionadamente el caso palestino y no lo ha movido en absoluto desde la partida de Fatou Bensouda en 2021, quien finalmente había abierto una investigación. Por cierto, el periódico británico The Guardian ha revelado hoy que el jefe del Mosad israelí amenazó personalmente a Bensouda para que cerrara la investigación o su propia familia resultaría dañada. Esto no lo digo yo, es The Guardian, basado en informes de filtraciones. Entonces llegó Karim Khan y congeló por completo la investigación. No pasó nada. Hasta que se produce el genocidio. Y en lugar de ir a Gaza, Karim Khan va a Israel y se reúne con las familias de los prisioneros y las víctimas. Lo que está pasando ahora es que la ira por lo que está ocurriendo en la CPI, la CIJ, el Consejo de Seguridad, Estados Unidos, Bruselas, Europa, y todo el fracaso moral y político colocan a la CPI ante una tarea imposible: o continúa ignorando el genocidio absoluto que está teniendo lugar en Gaza, simplemente finge que no existe, destruyendo su credibilidad para siempre; o emite posibles órdenes de arresto. Y eso es lo que pasó. Pero si escuchamos el lenguaje de Karim Khan, enumeró a los palestinos antes que a los israelíes, había tres palestinos a los que se solicitaba arrestar y solo dos israelíes. Además, la Associated Press (AP) emitió un informe un par de días después de su afirmación, diciendo que no hay absolutamente ninguna evidencia de que se hayan producido violaciones. Aun así, Karim Khan dijo: “Según el informe médico, concluimos que efectivamente se han producido violaciones”. Y, después de todo eso, pidió dos israelíes. E incluso antes de que pidiera el arresto de los dos israelíes, él también añadió la excusa de que Israel tiene derecho a defenderse. No usa la palabra “genocidio”, usa la palabra “exterminio”, y así sucesivamente. Así que somos muy cautelosos con respecto a lo que la CPI está haciendo en este momento. Pero, aun así, queremos mantener la presión para que se emita una orden de arresto y sea aplicada.
Netanyahu dijo que esta será la última guerra en Gaza, la definitiva tras acabar con Hamás completamente. En uno de sus vídeos más recientes, usted dice que está de acuerdo en que será la última. ¿Por qué?
Sí, será la última guerra porque Israel es una sociedad colonizadora formada por colonos. Esta no es una noción académica. Es una noción cotidiana. Israel, antes de su existencia en mayo de 1948, no existía como Estado. No había ningún registro histórico de la existencia de Israel antes de esa fecha, a pesar de que les gustaría incluir a Dios y la religión. Pero en realidad no existió y ahora existe como un Estado colonial, fue la extensión del colonialismo británico en esa zona. De modo que la historia de Israel está vinculada al colonialismo occidental. Para que un Estado colonial siga existiendo como tal, significa que tiene que estar en un estado constante de expansión. Sin esa expansión, ya no cumplirá el papel que se le ha asignado en la historia. Para que se produzca la expansión, Israel tendría que tener un poder militar superior a todos, que de ninguna manera obstaculice su capacidad para expandirse, según lo considere adecuado para sus propios intereses, para su propio crecimiento económico, etc.
Bill Clinton se refirió a esto durante su presidencia, en los años 90, como la ventaja militar. Israel siempre debe tener ventaja militar sobre los árabes. ¿Por qué? Ahora dicen que para defenderse, pero ¿defenderse de quién? Israel es quien está en estado de agresión. ¿Cómo podría un Estado que se encuentra en estado de agresión estar también en estado de autodefensa? ¿Todo al mismo tiempo? No tiene sentido. De modo que Israel necesita el poder militar para proteger sus intereses como Estado colonial. Y lo ha conseguido. Marginó a Egipto después de los acuerdos de Camp David e intimida por completo a todos los demás. Y cuando llega el momento, va a Gaza. La estrategia militar israelí es cortar el césped. Vamos a Gaza y deterioramos —y este no es mi lenguaje, es su lenguaje— sus capacidades militares. Se trata de llevar a Gaza al punto de partida. Lo hicieron en 2008-2009, 2012, 2014, 2021 y 2022. Y, de nuevo, esperaban que sucediera lo mismo. Pero no ha sido así, ha ocurrido lo contrario. Su gobierno y su ejército están siendo devastados en Gaza. Y daré un ejemplo. Si visitamos algún sitio web militar o grupo de expertos que hablan sobre las capacidades militares de Israel antes del comienzo de la guerra, encontraremos que tenían 2.150 tanques Merkava. Son el orgullo y el tesoro de la maquinaria militar israelí y los han estado exportando a todo tipo de países en todo el mundo. De esos 2.150, solo 1.500 pueden operar actualmente. Sabemos que más de 1.500 tanques Merkava israelíes han sido completamente destruidos o dañados total o parcialmente desde el comienzo de la guerra.
¿Cuándo podrá Israel volver a hacer lo que ha hecho: reconstruir su ejército, conseguir apoyo internacional en torno a su guerra, hacer que el mundo vuelva al punto de partida e ir a cometer otro genocidio en Gaza? Netanyahu tiene razón: sabe que esta es su única oportunidad. Cuando la guerra termine, terminará para siempre. Mis predicciones son que van a ir a por Cisjordania, porque la resistencia allí está aislada y no es tan fuerte como en Gaza. No se atreven a atacar Líbano, saben que esa guerra estará perdida. No se atreven a regresar a Gaza. Así que van a ir a por Cisjordania y posiblemente el Mosad llevará a cabo algún asesinato de activistas palestinos que viven en el extranjero para renovar su sensación de poder. Pero Gaza como frente de guerra habrá terminado para Israel, al menos durante mucho tiempo. En el momento en que termine la guerra, no importa cuál sea la situación en Gaza, incluso si la mitad de Gaza desaparece, habrá gente allí celebrando su victoria. Y en el momento en que eso ocurra, marcará el comienzo de un nuevo tipo de relación entre Israel y los palestinos. Y esta nueva relación se va a basar en la máxima de que la guerra ya no es una opción, su ventaja militar ya no le permitirá obtener los resultados políticos y estratégicos deseados. Y para un Estado colonial, se acabó el juego. Porque una vez que llegas a esa conclusión, tienes que aceptar que necesitas encontrar una manera de convivir con tus vecinos, porque no puedes expandirte.
Pasemos ahora a los medios de comunicación. Desde el principio, los medios occidentales han utilizado palabras como “guerra” o “evacuación” incluso cuando importantes expertos de las organizaciones internacionales hablaban de “genocidio” o “desplazamiento forzado”. ¿Hasta qué punto los medios son cómplices necesarios del genocidio?
Definitivamente son cómplices del genocidio. Pero permítanme culparnos primero. Tenemos una idea errónea sobre el papel de los medios. Construimos nuestra visión de los principales medios corporativos como si, por definición, debieran dedicarse a decir siempre la verdad. Creemos que deberían respetar las reglas de la libertad de expresión, etc. Pero los principales medios corporativos nunca se crearon para esa función. Rupert Murdoch no invierte miles de millones de dólares para crear organizaciones de medios en todo el mundo dedicadas a la moral y la ética. Lo hace porque quiere avanzar y quiere apoyar a quienes le están ayudando en su búsqueda financiera para construir un imperio más grande. Si es necesario apoyar el genocidio en Irak, lo hará. Si es necesario apoyar el genocidio en Afganistán, lo hará. Y recordemos que, antes de que en Europa se definiera el fascismo, en realidad se llamaba corporativismo. Porque existió para garantizar que las corporaciones tuvieran absoluta supremacía y control sobre los recursos. El fascismo es el componente político del corporativismo que surgió con el tiempo. De modo que los medios corporativos están dedicados a la supremacía total y los intereses de quienes los financian y de quienes los apoyan políticamente. Noam Chomsky habla brillantemente sobre esto en su libro Los guardianes de la libertad. Antonio Gramsci, el intelectual italiano antifascista, habla de hegemonía cultural. Eso es lo que es. Los medios corporativos están dedicados a la hegemonía cultural. Tratan de hacernos pensar que los agresores son los que están en estado de autodefensa y las pobres víctimas palestinas en Gaza son los terroristas. Siempre han existido para esto.
Ahora, un genocidio en Gaza no va a cambiar la relación, no va a redefinir la existencia misma de los medios corporativos, no tendría sentido. Dejarían de existir si redefinieran su papel en esta ecuación. Por lo tanto, y es por lo que digo que nos culpo, en lugar de asumir inmediatamente que los principales medios de comunicación van a adoptar plenamente ese papel, debemos crear nuestros propios canales alternativos de medios independientes para equilibrarlo. Seguimos centrándonos en los principales medios de comunicación, como si se supusiera que deben decir la verdad. La buena noticia es que esto está cambiando, y lo hace gracias a personas como ustedes, pero también a millones de jóvenes que utilizan las redes sociales y otras formas de comunicar el mensaje. Y es por eso que la masa crítica finalmente se ha inclinado a favor de los palestinos. Por eso, finalmente logramos, y creo que por primera vez en la historia moderna, inclinar la balanza por completo a favor de la víctima y desafiar a los principales medios de comunicación a pesar de cada atrocidad, cada mentira, cada engaño, todo lo que han hecho: desde la decapitación de bebés hasta las violaciones masivas en Israel, pasando por la acusación de que Israel estaba en estado de autodefensa y todo lo demás. Hemos logrado revertir esto. Y rezo para que así sea permanentemente, pero para que así sea debemos mantener la presión, debemos seguir creando nuestras propias plataformas que les hagan comprender que la relación entre la audiencia y los medios se ha invertido para siempre.
A pesar de los medios, actualmente se están produciendo históricas protestas en Estados Unidos. ¿Qué efectos cree que tendrán estas protestas en el país o, por ejemplo, en las elecciones de noviembre?
Es terrible que Netanyahu haya prolongado la guerra tanto tiempo porque cada día aumenta el número de palestinas y palestinos masacrados. Pero, al hacerlo, sin darse cuenta, ha ayudado a cimentar la comprensión global de lo que está sucediendo en Palestina. Sin esta duración, habría sido otra guerra como las que ocurrieron en 2008-2009, 2012, 2021, solo otra guerra, en la que nada cambia, quien apoya a un bando sigue apoyando al mismo. Pero, debido a que ha prolongado esta guerra, ha permitido que la masa de gente creciera desde un pequeño número de activistas hasta este movimiento global, donde personas comunes y corrientes que quizás ni siquiera están involucradas en política han tomado conciencia de lo que está sucediendo en Rafah, en Gaza, en Khan Younis. Y el movimiento global finalmente ha llegado a Estados Unidos. Ayer estuve en una protesta que en realidad inició mi hijo aquí, en Seattle (Washington). Inspirándose en un grupo de niños en las redes sociales, querían ir y hacer algo. Esperaban que asistieran unas 50 personas, apenas entregaron unas cuantas octavillas. Sin embargo, miles de personas acudieron al centro de Seattle, celebridades importantes, entre ellas Macklemore, el famoso rapero, que es de aquí, compartiendo información al respecto en las redes sociales.
Pero lo que también me pareció interesante es que mientras marchábamos por las calles había gente que venía de las tiendas, de las cafeterías y restaurantes, coreando por Gaza. No son activistas, no están involucrados en nada. No les informaron de que habría una protesta por Gaza. Y se unieron, a pesar de que la protesta prácticamente cerró el centro de Seattle y afectó a sus negocios de manera negativa. No hubo ni una sola queja de que los dueños de restaurantes corearan “Free free Palestine”. Vine a Seattle por primera vez en el año 1994 y estoy muy familiarizado con el tipo de pensamiento y cultura de esta sociedad. No solo nunca antes había presenciado algo como esto, sino que nunca esperé presenciarlo.
Ahora apliquemos esto a todos los rincones de Estados Unidos y del mundo. Y, por supuesto, la juventud liderará este movimiento, porque suele ser la que tiene más motivación moral, es más idealista, más organizada, tiene sus campus, que sirven como plataformas de comunicación, y no está en deuda con el poder de los medios corporativos, volviendo a la pregunta anterior. Los jóvenes no se sientan a ver Fox News ni de día ni de noche. No ven la televisión, no poseen pantallas de televisión. Tienen sus teléfonos, siguen las novedades en Instagram y las redes sociales. Y por eso no se corrompen. No sienten que tengan que revertir este ciclo masivo de propaganda que se ha construido en todo Estados Unidos gracias a los principales medios corporativos. Por eso son puros, están enfadados y están bien organizados. Y salen y protestan en masa.
Y Biden, si realmente se preocupara tanto por su país, al menos diría: “¿Sabéis qué? Tal vez no esté de acuerdo con vosotros, pero estoy orgulloso de esta generación. Al menos me iré de este mundo sabiendo que dejé atrás unos Estados Unidos que representan algo”. Sin embargo, salió la primera vez y los condenó como antisemitas y racistas. Imaginemos cuán horroroso es este cisma que existe entre las clases dominantes de Estados Unidos y la gente común y corriente. Existía de antes, pero ahora se está ampliando. ¿Tendrá impacto en las elecciones? Estoy seguro de que lo tendrá. No solo porque estemos juzgando en base a esta evidencia racional que tenemos ante nosotros, sino también porque, cuando tuvieron lugar las primarias del Partido Demócrata, cientos de miles de personas escribieron en sus papeletas que estaban en contra de la guerra de Gaza, Palestina libre, Gaza libre, indeciso, contra Biden. Todas estas cifras incluso se duplicarán o triplicarán para cuando lleguen las elecciones de noviembre, que serán muy disputadas, posiblemente las elecciones más disputadas en la historia de este país.
El gobierno español acaba de reconocer el Estado de Palestina junto a Irlanda y Noruega. Sin embargo, no ha roto ningún tipo de relación con Israel. ¿Tendrá algún efecto real el reconocimiento?
La respuesta es sí y no. Creo que tenemos que distinguir entre reconocer el Estado de Palestina y la solución de los dos Estados. No creo que sea posible una solución de dos Estados. No creo que proporcione ni siquiera la mínima cantidad de justicia para el pueblo palestino. Pero sigo apoyando el reconocimiento de un Estado palestino porque va en contra de la trayectoria política impulsada por Israel, Estados Unidos y algunos otros, que consiste en negar completamente a los palestinos, no solo un Estado, sino cualquier sentido de reconocimiento. En los últimos años, comenzando con Trump —pero también continuó con Biden—, cuando Trump reconoció los asentamientos judíos ilegales en Cisjordania como si fueran legítimos, la ocupación israelí de los Altos del Golán como si fuera legítima, la anexión de Cisjordania como si fuera legítima, y también la normalización entre Israel y los árabes saltando completamente por encima de los palestinos como si no existieran, como si no fueran una entidad política con capacidad política alguna.
Entonces viene España y dice: “No, el pueblo palestino sí existe y yo reconozco el Estado de Palestina”. En lo que respecta a España, ha desafiado por completo esa campaña y trayectoria política que han impulsado los estadounidenses bajo Jared Kushner, Trump, etc. Con esto, España afirma que el palestino es un pueblo legítimo, una nación, está reconocido por el derecho internacional y tiene derecho a tener aspiraciones políticas. Así que creo que es un paso muy importante. ¿Detendrá el genocidio? No, no detendrá por sí solo un genocidio ni será siquiera un componente para lograrlo. Pero definitivamente envía un mensaje a Israel, que el péndulo está girando, que ellos pensaron que habían llegado al final del proceso, al final de su campaña de colonialismo, descartando por completo la existencia misma del pueblo palestino, sus derechos e historia, su lengua y su cultura. No, vamos a regresar, como si nada hubiera cambiado, a junio de 1967.
Pero, dicho esto, hay que seguir otros pasos significativos. Aprecié especialmente la declaración de la vicepresidenta segunda de España, la que hacía referencia a “del río al mar”. Creo que esta es una declaración extremadamente valiente. Y no solo una declaración valiente contra Israel, sino también contra Estados Unidos y contra quienes intentan controlar cómo se nos permite percibir nuestra relación con Palestina y el pueblo palestino. Felicitaciones a España, pero también felicitaciones a las organizaciones activistas, a la sociedad civil, a los políticos y a los parlamentarios que han trabajado tan duro a lo largo de los años para lograr este momento. Porque lo que España está diciendo a Estados Unidos, junto con Irlanda y Noruega y otros, es que van a seguir adelante sin ellos. Porque todo el entendimiento sobre lo que está pasando en Palestina y el llamado proceso de paz y la solución de dos Estados se ha basado en que cualquier reconocimiento de Palestina tendría que ocurrir después de que las dos partes se sentaran juntas y lograran algún tipo de acuerdo negociado. Solo entonces en Europa quizá se permitiría reconocer el Estado palestino. El problema es que hay un lado que está exterminando activamente, en palabras del propio Karim Khan, al otro lado. Entonces, no hay negociación, no hay horizonte político que pueda surgir de esto. Por lo tanto, nosotros, como gobiernos europeos, decidimos que Palestina existe. Y reconocemos el Estado de Palestina.
Así que creo que esto es muy importante, especialmente cuando va seguido de una acción más fuerte por parte de la propia España, lo que significa cortar los lazos con Israel. Vaticino que este será uno de esos momentos. Y soy historiador, así me gano la vida. En la historia siempre hay un momento en el que los gobiernos, las entidades y los individuos miran hacia atrás y tratan de negociar su relación con el pasado. Y hay quienes van a decir, como Alemania, que siguen financiando el genocidio israelí, a pesar de que la CIJ y la CPI han dicho que se ha producido genocidio o exterminio en Palestina. Y hay países como España que van a decir: “Yo me levanté contra el genocidio y reconozco el Estado de Palestina”. Este será un momento de orgullo en la historia de las futuras generaciones de españolas y españoles. Pero la pregunta es: ¿Puedes realmente seguir adelante? ¿Puedes marcar el camino y llevarnos a un nivel completamente nuevo de orgullo no solo al decir eso, sino también al cortar los lazos con el Estado de Israel? Creo que España puede hacerlo.
Terminamos con una pregunta muy básica. Para quienes todavía hablan de los dos Estados, ¿por qué no son posibles?
La idea de dos Estados surgió con la idea de que hay dos grupos separados de personas que viven en dos entidades separadas. Y uno de ellos merece tener un sentido de nación, aspiraciones políticas que culminen al final con el anuncio de un Estado y una bandera. Pero la demografía de Palestina no lo permite. Una de las mayores masas de palestinos, más de dos millones, vive dentro de Israel. Son ciudadanos de segunda, tercera o cuarta clase. Se les niegan todos sus derechos nacionales, se les maltrata y son víctimas del racismo, la discriminación y el apartheid dentro de Israel. Luego tenemos más de medio millón de colonos judíos israelíes que se trasladaron ilegalmente a Cisjordania. También están millones de refugiados palestinos como yo, que no somos de Cisjordania, Jerusalén ni Gaza, somos del interior, de lo que hoy es Israel. Mi problema no se solucionará si Gaza se convierte en un Estado que tenga una bandera. Mi condición de refugiado, mi derecho a regresar, que está protegido como inalienable por el derecho internacional, solo puede satisfacerse si regreso a mi pueblo, a mi ciudad en Palestina.
Por lo tanto, tenemos esta demografía mixta en la que, si Palestina existe como Estado en Cisjordania y Gaza, los millones de palestinos que pertenecen a otro lugar nunca recibirán ningún tipo de justicia. Y confirmará aún más la idea de que Israel tiene derecho a existir como Estado judío. ¿Pero no es esto lo que nos metió en este lío en primer lugar? ¿No es este tipo de supremacía chovinista racial lo que nos metió en este lío? ¿Por qué deberíamos permitir un resultado político, especialmente después de este genocidio, que le diga a un grupo de personas que es superior a los demás? Habrá quien diga que son superiores en su propia tierra. No, no son superiores en su propia tierra, son superiores en una tierra donde tendrán un tercio de la población compuesta de árabes musulmanes y cristianos. ¿Qué pasará con estas personas y qué pasará con los millones de refugiados que pertenecen a esa tierra? Lo que buscamos en Palestina es una solución de supuestos completos. Durante muchos años hemos evitado hablar y ser honestos con nosotros mismos en cuanto a que la solución a la ocupación militar es el fin de la ocupación militar, la solución al apartheid es el desmantelamiento del apartheid, la solución al racismo es acabar con el racismo. Si marcamos estas tres casillas, ya no tendremos ningún problema en Palestina o Israel. Pero seguir hablando de la solución de dos Estados es simplemente evitar la raíz del problema, lo que originó todo.
Entrevista original en Nueva Revolución el 2/6/2024.