Mañana

It gets dark

Se acaba el año. Una temporada. Un tercio de una estación. Y yo sigo igual. El camino se desliza ante mis ojos y mi impotencia crece cada vez más. Debería estar allí. ¿Sí? Tal vez no. ¿Debería? No.
El destino juega sucio. Me envenena con quimeras perdidas y me arrastra a los abismos de la locura. No, yo sé que no muero por ti. Pero el deseo es más fuerte que el amor. Siempre lo ha sido y siempre lo será. ¡Pero si fuera sólo deseo…! No. Es nostalgia. Melancolía. No quiero perder tantas cosas, aunque sé que el tiempo se encargará de pasar un paño por encima de todas ellas y las borrará para siempre. Y tú no me recordarás. Y yo viviré asomada a una ventana, observando el horizonte y recordando y maldiciendo todos los besos que no te di y todas las noches que no pasé contigo.

Pero será tarde. Mañana tú no sabrás quién soy. Yo seré mayor, tú lo serás aún más. Y no existirá nada entre los dos, todo se habrá esfumado. Mañana yo recordaré los inicios de mi juventud, cuando tú ocupabas todos mis pensamientos y no había nada más. Pero hará tanto tiempo que no sé de ti. Y más aún que no hablo contigo. Y tú no sabrás quién soy. Se acabó.

Foto: «It gets dark», por Las Heras