El orgullo por bandera,
caminaré hasta el final,
sin importar las cadenas,
nada por perder hay ya.
Luces de bohemia atacan,
ya soy sólo un esperpento,
deambulo por mi nivola,
no me importa el argumento.
Salgo por la calle a ciegas,
caminando por el centro,
sola, perdida y atada,
quiero que me lleve el viento.
Y ahora aquí, como si nada,
estoy sin saber estar,
mi cabeza vuela lejos,
buscando mi otro lugar.
Lo encontré hace ya tiempo,
cuando todo aún iba bien,
el refugio de mi vida,
donde vuelvo a florecer.
«Camina lejos», me dije,
alejé de mí tu ser,
y mi corazón, ya roto,
no quiere volverte a ver.